Aparato Locomotor


El aparato locomotor permite el movimiento o locomoción y sirve de sostén y protección al resto de órganos del cuerpo.
Está formado por el sistema osteoarticular (huesos, articulaciones y ligamentos) y el sistema muscular (músculos y tendones que unen los huesos), integrado con el sistema nervioso para la generación y modulación de las órdenes motoras, y coordinación y estimulación de los músculos para producir el movimiento.

HUESOS

El hueso es un órgano duro, blanco y resistente que forma parte del esqueleto de los vertebrados. Está compuesto principalmente por tejido óseo, un tipo especializado de tejido conectivo constituido por células, y componentes extracelulares calcificados.

Al principio del desarrollo embrionario, los huesos son blandos y están formados por un tejido que recibe el nombre de cartílago, más adelante sobre este tejido se van depositando sales minerales y calcio, dándole consistencia y transformando el cartílago en hueso.
Después del nacimiento, casi todo el cartílago se ha transformado en hueso y sólo permanece en los extremos de éste. Esta zona de cartílago permite al hueso crecer y alargarse hasta aproximadamente los veinte años que este tejido desaparece.
Es un tejido, resistente a los golpes, tracciones pero también elástico, los huesos proporcionan inserción a los músculos, protegen órganos vitales como el corazón, pulmones, cerebro, etc..., movimiento de traslado, equilibrio y desplazamiento del individuo.
La columna vertebral es el eje del esqueleto y está constituida por 33 o 34 vértebras. Cada una presenta hacia adelante el cuerpo vertebral, hueso corto que cumple funciones específicas de sostén. Por detrás del cuerpo y hacia los lados se desarrollan dos pedículos que presentan las carillas articulares asegurando la articulación intervertebral. Hacia los Costados de cada pedículo se desarrollan las apófisis transversas que tienen distintas características según el tipo de vértebra. Hacia atrás del pedículo se desarrolan dos láminas que se unen formando una apófisis espinosa que se prolonga hacia atrás.
La cara posterior del cuerpo vertebral, los pedículos y las láminas quedan limitados por un orificio llamado agujero vertebral, que aloja a la médula espinal.

La columna vertebral no es recta, presenta varias curvaturas:

Nivel cuello, curvatura cervical de concavidad anterior, formada por 7 vértebras articuladas entre sí. Sobre la primera vértebra cervical llamada atlas, descansa el hueso occipital a través del cual se establece la articulación cabeza columna. La segunda vértebra cervical, llamada axis, presenta el cuerpo modificado en forma de eje cilíndrico, llamado apófisis odontoides, que, al articularse con el atlas, permite el movimiento de giro de la cabeza hacia ambos lados.

Nivel tórax, curvatura dorsal de concavidad posterior, formada por 12 vértebras  articuladas entre sí. En la parte lateral de sus cuerpos, éstas vértebras presentan hemicarillas en las que se articulan las costillas. Nivel lumbar, curvatura lumbar de concavidad anterior, formada por 5 vértebras articuladas entre sí. Son las vértebras más robustas de toda la columna y se destacan por el desarrollo de sus apófisis transversas.

Nivel sacro, constituido por 5 vértebras sacras soldadas que forman un solo hueso, llamado sacro.

Nivel coxis, formada por 4 o 5 vértebras coxígeas soldadas constituyendo el coxis.














ARTICULACIONES

Una articulación es el punto de contacto entre dos huesos. Es importante clasificar los diferentes tipos de articulaciones.




Segun el grado de unión de los huesos y la amplitud de movimientos, hay tres tipos de articulaciones:

las que no tienen movimiento o “sinartrosis”

las semimóviles o “anfiartrosis”

las móviles o “diartrosis”


Las sinartrosis
Los huesos estan unidos entre sí por tejido fibroso, o una placa cartílaginosa.

Son ejemplos los huesos del cráneo, y entre la tibia y el peroné, ya que tienen lugar entre huesos cuya función principal es de soporte o de protección, y muchas veces sirve de origen y punto de soporte de músculos y ligamentos.


Articulaciones inmoviles

Esfeno-occipital, petrostiloidea y vómero-etmoidal, articulación parieto-temporal, articulaciones naso-nasal, naso-maxilar y ungui-maxilar y la inserción del diente en la cavidad labial.

Dentadas : Fronto parietal

Biseladas : Parieto temporal

Armónicas : Huesos propios de la nariz

Esquindilesis : Esfenovomeriana


Las anfiartrosis
Entre las dos superficies articulares se encuentra un tejido fibrocartilaginoso que las une.

Son articulaciones semi moviles

Articulaciones de los cuerpos vertebrales, la sacro-coccígea y la sacro-vertebral, la articulación del pubis, la sacroilíaca y la esternal superior.


Las diartrosis
Entre los cuerpos articulares se sitúa una cavidad articular que impide la unión directa entre los huesos que se articulan. Permiten amplios movimientos. Se encuentran generalmente entre los huesos largos, rodilla, codo.  Podemos distinguir, cartilago articular, cápsula articular y ligamentos, membrana sinovial, líquido sinovial, discos y meniscos. Contienen una sustancia lubricante denominado líquido sinovial.

Son las mas abundantes en el cuerpo, son las que tienen mayor movilidad, articulación glenohumeral, la articulación que une el húmero con la escápula.

Enartrosis:
Las superiores articulares son segmentos de una esfera, uno concavo y otro convexo, articulacion escapulo humeral (hombro).

Condilea:
Las superiores articulares son ovaladas, articulación radiocarpiana (muñeca).

Encaje reciproco:
Dedo pulgar (primer metacarpiano-trapecio).

Troclear:
Las superiores articulares simulan una depresion y una cresta, codo (articular húmero-cubito).
Trocoides:
Las superiores articulares son segmentos de un cilindro, permiten la capacidad de giro, articular atloido axoidea (atlas-axis).

Artrodia:
Las superiores articulares son planas, el movimiento se produce por desplazamiento, acromioclavicular (acromión-clavicula).


NERVIOS

Son manojos de prolongaciones nerviosas de sustancia blanca, en forma de cordones que hacen comunicar los centros nerviosos con todos los órganos del cuerpo. Forman parte del sistema nervioso periférico.

MÚSCULOS

La principal función de los músculos es contraerse, para poder generar movimiento y realizar funciones vitales.

Clasificación según el tejido muscular:

Los músculos estriados (esqueléticos) o voluntarios, son músculos unidos al esqueleto. Obedecen a la organización de proteínas de actina y miosina y que le dan esa estriación que vemos al microscopio. Son usados para facilitar el movimiento y mantener la unión hueso-articulación a través de su contracción. Son, generalmente, de contracción voluntaria (a través de inervación nerviosa), aunque pueden contraerse involuntariamente.

El músculo liso o involuntario, se compone de células en forma de huso. Carecen de estrías transversales pero tienen estrías longitudinales. El estímulo para la contracción de los músculos lisos está mediado por el sistema nervioso vegetativo autónomo. El músculo liso se localiza en los aparatos reproductor y excretor, en los vasos sanguíneos, la piel y órganos internos.

Músculo cardiaco (miocardio), es el tejido muscular del corazón, músculo encargado de bombear la sangre por el sistema circulatorio mediante contracción.

El cuerpo humano está formado aproximadamente de un 40% de músculos estriados y 10% de músculo liso y cardíaco

Clasificación en cuatro grupos según su función:

1. Agonistas.

2. Antagonistas.

3. Sinergistas.

4. Fijadores.


Músculos agonistas

Un agonista es un músculo que se contrae para producir un movimiento específico. Un ejemplo es el bíceps braquial, que es agonista en la flexión del codo. Otros músculos tal vez ayuden al agonista en la generación de ese movimiento, aunque con menos efecto, y se llaman músculos secundarios o asistentes. Por ejemplo, el músculo braquial anterior ayuda al bíceps braquial a flexionar el codo, y, por lo tanto, es un músculo secundario.

Músculos antagonistas

Se llama antagonista el músculo situado en el lado opuesto de una articulación que mueve el agonista. El antagonista tiene que relajarse para que el agonista se contraiga. Por ejemplo, cuando el bíceps braquial en la cara anterior del brazo se contrae para flexionar el codo, el tríceps en el dorso del brazo debe relajarse para que se produzca este movimiento. Cuando se invierte el movimiento braquial, es decir, cuando se extiende el codo, el tríceps braquial se convierte en el agonista y el bíceps braquial asume el papel de antagonista.





Músculos sinergistas

Los sinergistas impiden los movimientos no deseados que se podrían producir cuando se contrae el músculo agonista. Esto es especialmente importante cuando un músculo agonista cruza dos articulaciones, ya que, al contraerse, generará movimiento en ambas articulaciones a menos que otros músculos estabilicen una de ellas.

Por ejemplo, los músculos que flexionan los dedos no sólo cruzan sus articulaciones, sino también la articulación de la muñeca, con capacidad para generar movimiento en ambas articulaciones. Sin embargo, como tenemos otros músculos que actúan de forma sinergista para estabilizar la articulación de la muñeca, podemos flexionar los dedos y cerrar el puño sin flexionar la muñeca al mismo tiempo.

Un músculo agonista puede generar más de una acción, por lo que los sinergistas también actúan eliminando movimientos indeseados. Por ejemplo, el bíceps braquial flexiona el codo, pero su línea de tracción mueve el antebrazo en supinación (el antebrazo gira, como cuando apretamos un tornillo). Si se quiere que la flexión se produzca sin supinación, otros músculos se deben contraer para prevenir esta supinación. En este conexto, estos músculos sinergistas a veces se llaman neutralizadores.

Músculos fijadores

Los músculos sinergistas se clasifican específicamente como fijadores o estabilizadores cuando inmovilizan el hueso del origen del músculo agonista, lo cual proporciona una base estable para la acción de éste. Los músculos que estabilizan la escápula durante los movimientos de la extremidad superior son un buen ejemplo. El ejercicio de abdominales nos brinda otro buen ejemplo. Los músculos abdominales se insertan tanto en la caja torácica como en la pelvis. Cuando se contraen para flexionar el torso, los flexores de la cadera se contraen de forma sinergista, actuando como fijadores para prevenir que los abdominales inclinen la pelvis; de este modo, el hemicuerpo superior puede flexionarse hacia delante mientras la pelvis permanece inmóvil.





La capacidad de contraer o relajar un músculo, independientemente de que sea a voluntad o no, recae en impulsos nerviosos, dependiendo del músculo y de los nervios motores podemos mover una articulacion determinada, nuestro sistema nervioso central envía un impulso hacia la médula espinal a traves de fibras aferentes o eferentes, esto llega a una fibra nerviosa motora quien a su vez ocasiona cambios neuroquímicos en las sarcomeras provocando que se contraiga o relaje el músculo.  


Qué es la flexibilidad?

La amplitud de movimiento, o movimiento que presenta una articulación o grupo de articulaciones.

Peligros y limitaciones de una mala flexibilidad.-

Unos músculos tensos y rígidos limitan nuestra amplitud de movimiento, la falta de flexibilidad puede ser en algunos casos uno de los factores que contribuyen al dolor muscular o articular, la falta de flexibilidad puede significar que sea difícil agacharse.

Unos músculos tensos y rígidos, interfieren en la acción muscular correcta, si los músculos no pueden ser relajados y contraídos de forma eficaz, el resultado será disminución del rendimiento, e incluso restringir la circulación sanguínea, y es de vital importancia que la sangre circule bien para que los músculos reciban la cantidad adecuada de oxígeno y nutrientes.

Con el paso de los años los músculos y las articulaciones parecen ser más rígidos y tensos, esto es parte del proceso del envejecimiento, y la causa es la combinación de la degeneración física y la inactividad, aunque no podemos evitar hacernos mayores, sí podemos intentar mejorar nuestra flexibilidad.

Cuando el objetivo es mejorar la flexibilidad, los músculos y sus fascias (membrana), han de gozar de la mayor atención en nuestro entrenamiento de la flexibilidad, a pesar de que los huesos, las articulaciones, los ligamentos, los tendones y la piel contribuyen a nuestra flexibilidad, tenemos muy poco control sobre estos factores.

Huesos y articulaciones, están estructuradas de modo que permiten una amplitud específica del movimiento.

Ligamentos- conectan un hueso con otro y actúan como estabilizadores para las articulaciones, hay que evitar estirar los ligamentos, ya que esto puede provocar una reducción permanente de la estabilidad articular, lo que puede desembocar en debilidad y lesiones.